sábado, 19 de junio de 2010

LOS SIP DE CAM Y BANCAJA: UNA SOLUCIÓN IN EXTREMIS

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Durante los últimos meses, la guerra interna que mantiene el Partido Popular en la Comunidad Valenciana libraba una de sus batallas a cuenta de la posible fusión de CAM y Bancaja. Para los técnicos y conocedores del mercado financiero se trataba de una polémica absurda: nunca podría haber fusión entre ambas entidades por razones obvias de eficiencia, coste laboral y concentración de riesgos.

Sin embargo, con los plazos que marcaba el Banco de España a punto de expirar, la situación ha acabado resolviéndose de la forma más lógica: la integración de ambas en estructuras financieras de ámbito territorial distinto. Era lo que tocaba, no había otra, pero nuestros gobernantes autonómicos han demostrado una vez más permanecer al margen de la racionalidad y del sentido común en aras de defender sus cuotas de poder.

Causa cierto estupor escuchar ayer mismo a nuestro Presidente Camps en sede parlamentaria defender la integración en los SIP de ambas Cajas valencianas como la mejor solución posible y vendiéndonosla a los electores casi como una fórmula diseñada por su propio Consell, sobre todo cuando meses atrás el mismísimo Conseller de Economía decía textualmente que no acceder a la fusión CAM-Bancaja “sería irresponsable para el Gobierno valenciano e irresponsable para los órganos de administración de las distintas cajas”. Es difícil encontrar un ejemplo más ilustrativo de la irresponsabilidad de quienes nos gobiernan, aunque empieza a ser algo habitual esa sensación de que realmente toman por estúpidos a los ciudadanos.

A falta de más datos y de un seguimiento de los respectivos procesos de integración en los ya famosos SIP, en UPyD no podemos sino valorar positivamente ambas operaciones. El hecho de que se hayan impuesto razones técnicas sobre intereses políticos siempre es una buena noticia y ello redunda en la línea programática que nuestro partido ha venido defendiendo constantemente: el reparto de cuotas políticas en los Consejos de Administración de las Cajas de Ahorro era un lastre para su eficiencia y para su capacidad de enfrentar situaciones críticas como las actuales. Es necesario, pues, un cambio radical en la legislación autonómica y estatal en aras de mejorar su eficiencia, las reoriente a los fines sociales que motivaron su creación y saque a los políticos de sus órganos rectores.

Sí nos preocupa, y mucho, el eventual coste laboral que implican operaciones de este tipo. De momento sólo hay porcentajes y cifras orientativas acerca de los despidos y prejubilaciones que están al caer, pero conviene recordar que cada una de las unidades que conforman esas grandes cifras supone una familia, un proyecto de vida, una serie de situaciones personales que deben ser protegidas. Esperamos que los respectivos Consejos de las Cajas, los sindicatos y el Gobierno español sepan conducir este delicado proceso para minimizar el impacto social. Un impacto que, por otro lado, hubiera sido con total seguridad mucho más traumático de haberse llevado a término los planes de nuestros políticos regionales: es fácil imaginar qué hubiera pasado en el caso de que CAM y Bancaja se hubieran integrado entre sí o si lo hubieran hecho con Cajas vecinas con las que comparten implantación.

Por otro lado, conviene recordar de qué barros vienen estos lodos: tanto la CAM como Bancaja han sido en sus estrategias de negocio un fiel reflejo de la política económica del Consell: ladrillo, ladrillo, ladrillo y grandes proyectos. Ambas Cajas han generado tal cantidad de activos inmobiliarios en sus balances (en todas sus formas: hipotecas, daciones en pago, refinanciaciones, ejecuciones hipotecarias,…) que las exigentes normas relativas a las dotaciones que marca el Banco de España comprometían seriamente su viabilidad presente y futura. Y no hablemos de la viabilidad de grandes proyectos autonómicos financiados por estas Cajas, en cuyos sillones de mando, recordemos, se sentaban las mismas personas que luego se hacían la foto el día de la inauguración.

Lo que los valencianos necesitamos no son entidades de marcado carácter regionalista que tengan sus sedes en la Comunidad ni que estén gobernadas por políticos locales, lo que necesitamos son entidades financieras fuertes y solventes, independientemente de dónde tengan su sede social, que tengan capacidad financiera suficiente como para contribuir a que el crédito fluya a donde tiene que ir: a las pequeñas y medianas empresas, principales generadoras de empleo y riqueza.

jueves, 17 de junio de 2010

La educación en la Vega Baja en situación extrema

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El Coordinador de UPyD Vega Baja Joaquin Andréu ha ironizado sobre la situación educativa de la Comarca: “creo que podemos congratularnos de que éste sea un año donde se ha ajustado la oferta de plazas de primaria, para que nadie tenga que hacer 22 kilómetros en coche pasando por la puerta de ocho colegios llenos, para escolarizar a sus hijos en la Vega Baja. Se ha solucionado con un incremento de los barracones, destruyendo bibliotecas y no sabemos aún si poniendo cojines en los pasillos”. En cuanto a la oferta para niños de 0 a 3 años, que Unión Progreso y Democracia lleva en su programa, ha dicho que “es vergonzoso que once municipios de la comarca, no tengan ninguna plaza de infantil; y que entre párvulos, LOGSE y LOE, y entre pública, privada y concertada, solo se oferten 831 plazas de infantil primer ciclo en toda la comarca, necesitando el doble para igualar la oferta media de la comunidad”.

Joaquin Andréu, que dinamiza el grupo de análisis político en el área de educación de UPyD a nivel Comunidad Valenciana, ha comentado que “la educación es crucial, la buena formación puede sacarnos rápido de esta crisis, la mala puede agravar las futuras”, y se ha lamentado de que “es triste que el equipo de Camps critique a Zapatero en sus medidas, y pocos días después eliminen cientos de plazas de interinos, profesores de apoyo, sustitutos…etc., baje el sueldo a funcionarios autonómicos y profesores sustentados con fondos públicos, mientras pide voluntarios para hacer horas extra gratuitas para luchar contra el fracaso escolar, que ya se eleva al 36% en nuestra comunidad y que, según varios estudios, está directamente relacionado con el índice de paro en tiempos de crisis”. El representante comarcal de este nuevo partido ha recordado las últimas estadísticas que sitúan a los alumnos de nuestra Comunidad como los peores en conocimientos de las 17 Comunidades Autónomas e incluso de alguna Ciudad Autónoma. Alerta Andréu de que “Camps prometió no hacer recortes en educación y sanidad, y aun así ya los ha hecho, ahora se les pide que hagan mas recortes y temo que vuelvan a tocar estas áreas”.

Unión Progreso y Democracia ofreció un pacto educativo a nivel estatal, su diputada Rosa Díez ya comentó el pasado mes de marzo, que “la actual crisis de la educación requiere rectificar el fracasado modelo educativo; requiere un plan de promoción de la enseñanza pública (evitando sobre todo los guetos); requiere la recuperación de la competencia por parte del Estado y del reconocimiento de la libertad de opción lingüística; requiere un curriculum que inculque las virtudes democráticas y sea laico desde el punto de vista ideológico, identitario y religioso; y requiere de una Ley de Financiación que garantice a largo plazo los medios necesarios”.

miércoles, 9 de junio de 2010

Fábula del Rey «Ssereníssims Reys de Aragó»

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Joaquín Andréu
Coordinador Agrupación Comarcal de UPyD en la Vega Baja

Andaba un mercader con su carro llevando vino a la taberna, y encontró a un monje con su caballo herido, le acompañó a la taberna y se tomaron unos vinos. Al terminar, el monje quiso pagar, y al negarse el mercader, se quitó la capucha del hábito y todo el mundo lo reconoció como el Rey de Aragón. El plebeyo se arrodilló y se puso a llorar. “¿Qué le pasa?”, preguntó el Rey; “mi mujer ha muerto por un «pipirijate» (síncope o desmayo), y mi hijo por un dolor miserere (un cólico de apendicitis)” balbuceó el plebeyo; “¿mis cortesanos no tenéis sanidad pública?”, inquirió el monarca; “sí, pero murieron en la cola, esperando al mago”.
Aquel Rey, que era “omme güeno”, quiso investigar esa situación increíble, y se disfrazó de monje otra vez, para visitar a unos cuantos médicos de sus condados.
Se acercó primero al condado de Orihuela, desembarcó en Torrevieja, un pueblo de pescadores que tenía fama de tener los nuevos inventos de sanidad y muchas colonias de árabes, griegos, italianos… al entrar donde los médicos despachaban, éstos le preguntaron qué le pasaba, Su Majestad se quejó de un dolor en el pecho que ya conocía tres años antes, y le pidieron el SIP, “no tengo SIP” informó el Rey, “soy de la corona de Aragón y tengo DNI mágico” añadió; ante su sorpresa le comentaron: “debe usted ir a Aragón, para que le traten allí”. Ante esto replicó “pero si el Rey paga por nosotros a todos los médicos”, a lo que el funcionario le confesó “el Rey paga a los nobles locales, éstos a unos mercaderes, que son quienes nos pagan a nosotros, pero sólo por salvar a los súbditos de este condado”. Cuando el Rey no pudo más, se quitó la capucha, y ante su asombro, nadie se arrodilló. “Soy el Rey”, gritó enfadado, a lo que el trabajador preguntó “¿Traéis dinero?”, incrédulo el Rey volvió a preguntar “¿no sirven mis leyes, que cubren la sanidad de todos mis súbditos?”, “no” replicó el trabajador, “usted cedió competencias a los Condes y éstos solo cubren a sus súbditos locales”. El Rey no se podía creer que el dinero para la sanidad de todos se repartiera de diferentes formas, pero quiso seguir investigando. “¿Cuánto dinero necesita?”, preguntó al empleado; “cien ducados al mes el resto de su vida, o un diezmo de maíz, tres de trigo y 40 carneros si hace un solo pago” le respondió. Como era “omme güeno”, quiso seguir investigando, hasta el final; firmó el compromiso de pagar mensualmente y el médico le atendió.
Tras aproximadamente tres minutos atendiéndole, le aconsejó no operarse, sin ni siquiera reconocerle. Tanto insistió el Rey, que el médico le dio cita para el especialista, 10 meses después. El Rey sabía que en el Condado de Barcelona le habían operado de su enfermedad en solo diez días, pero no se quejó de los diez meses para ver hasta donde llegaban las diferencias. A los 10 meses acudió a la cita, donde le remitieron al mago, que le prepararía una pócima para dormirle en la operación, pasaron 8 meses más, pues se caducó la pócima y tuvo que renovar la cita varias veces.
Llegó finalmente el día de la operación, y ya en manos del cirujano, entró un empleado informando que la última mensualidad de cien ducados no había sido abonada. El Rey insistió en que le operaran, que eso era un error, pero le tocó pagar de nuevo. Finalmente, el Rey durmió, y le operaron del pulmón, nadie se dio cuenta de que ya le habían operado con anterioridad. Al despertar reprochó airadamente al médico su error “caballero, nos vemos en los tribunales”, le dijo. Por supuesto el Rey ganó el juicio, pues disponía de escribanos reconocidos y “leídos de sus propias leyes”, pero poco le duró la satisfacción: el consejero de asuntos médicos le advirtió: “Majestad, con la multa impuesta a los mercaderes que pagan a los médicos, se han quedado sin dinero y los médicos, pues, sin trabajo, sólo nos queda subir los impuestos para poder seguir dándoles sus maravedíes a los mercaderes o vuestros súbditos morirán sin ayuda médica”. El Rey recapacitó unos minutos y finalmente dijo “Hágase”.
Cada año, mueren decenas de miles de españoles en todas las comunidades por motivos evitables, y gran parte de la culpa no es sólo de la mala gestión, las redes clientelares, la malversación, el derroche…etc., si no también de la división de competencias. La fábula anterior, está basada en 5 historias reales, que son excesivamente frecuentes.

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